Por: Universidad de Valencia.
La transformación social de esta época, de las estructuras, de las ideas o de la forma de comunicarnos, nos empujan a avanzar en un proceso de desarrollo personal y liderazgo en nuestra vida, para reinventarse (personal y profesionalmente) y tomar las riendas de nuestra situación. Es imprescindible, que cada uno conciba un espacio de reflexión, para conocerse y hacerse preguntas sobre cuáles son nuestros auténticos objetivos y cómo estamos haciendo las cosas para lograrlos.
La finalidad de poner en marcha un proceso de desarrollo personal y liderazgo es tratar de dar respuesta a los nuevos retos que plantea el actual contexto socioeconómico, promoviendo el autoconocimiento y la responsabilidad personal. La búsqueda de nuestro lugar en este contexto y qué es lo que podemos aportar, de forma responsable, según nuestras capacidades.
De lo que se trata es de aprender a ser más conscientes, a desarrollar todo nuestro talento y potencial al servicio de una función personal y profesional útil, creativa y respetuosa.
Para ello, debe surgir la motivación de conocernos mejor y buscar los recursos a nuestro alcance para gestionar nuestro desarrollo personal y liderar los retos que afrontamos a diario. Esto también nos permitirá alcanzar un crecimiento personal en el ámbito profesional. No hay que olvidar, que para liderar a los demás hay que aprender a ser un líder de uno mismo.
Claves para el desarrollo personal y liderazgo.
Dentro de que, cada uno, tiene unas necesidades concretas, conviene seguir estas pautas para el desarrollo personal:
Promover la salud del cuerpo y la mente.
Tratar de dominar y gestionar de forma consciente los pensamientos.
Detectar y cuestionar creencias limitadoras.
Fortalecer la autoestima y la confianza en uno mismo.
Aprender a relajarse y cultivar el equilibrio y la serenidad.
Con esto podremos redefinir mejor los valores, las prioridades y las aspiraciones. En el ámbito profesional nos puede ayudar a:
Convertir los problemas en oportunidades, de aprendizaje y de mejora.
Mejorar la relación y comunicación con uno mismo y con los demás, potenciando la inteligencia emocional.
Desarrollar competencias y habilidades, y el descubrimiento del talento y la motivación.
Potenciar el autoliderazgo y la cultura emprendedora.
Estrategias para el desarrollo profesional.
La realidad laboral estará muy ligada a los cambios y transformaciones sociales, políticas y económicas que se avecinan. La era industrial puede ser sustituida por la era del conocimiento y eso obliga a reinventarse y adaptarse al nuevo mercado de trabajo que llega.
Las empresas demanda, cada vez más, profesionales que sean adaptables, con más competencias y habilidades en varios terrenos. Por tanto, es muy importante cultivar una nueva actitud ante la vida, aprendiendo a ver los problemas como oportunidades de aprendizaje, para interpretar mejor la realidad y sus cambios.
Esa cualidad será muy valiosa para las empresas. Verán en nosotros a potenciales lideres, capaces de generar nuevas ideas y enfoques, con retos motivadores para los compañeros, fomentado su iniciativa y creando equipos de trabajo más productivos. Alguien que se haya ocupado de su desarrollo personal sabe que es factible promoverlo y potenciarlo en los demás.
Todo lo que implique el conocimiento de nuestras habilidades, capacidades, virtudes o talentos innatos, nos conduce a un nuevo escenario profesional que, a su vez, nos puede descubrir cuál es nuestra auténtica vocación. A través de ello, podemos diseñar nuestros próximos pasos, para convertir nuestra pasión en una profesión.
Esto es lo más importante. Que lo que hagamos sea un reflejo de lo que somos.