Por: Liderazgo y Equilibrio.
EL PAPEL DE LA ACTITUD EN LA MOTIVACIÓN
La eficacia de las acciones de motivación que
hagamos está condicionada por la actitud de cada persona:
Tus razones no son necesariamente suficientes para
otra persona.
Tus razones pueden ser suficientes para elegir
hacer algo pero no para elegir la actitud con la que se realiza.
Aun siendo suficientes las razones, la libertad en
la elección de las actitudes siempre está presente.
Existe una serie de sentimientos que nos dificultan
la elección de una actitud mental positiva. El saber manejarlos puede favorecer
la motivación. Los sentimientos más importantes son los siguientes:
·
La incertidumbre y la falta de
claridad: inseguridad.
·
Sentimiento de obligación: no
entiendo el porqué pero tengo que
hacerlo.
·
Sentimiento de víctima: una persona a
quien la vida le sucede.
·
Queja: su único beneficio sería el
desahogo, el ser escuchado.
·
El miedo: a lo nuevo, al fracaso.
·
La culpa y el resentimiento: por no
hacer bien el trabajo, por no esforzarse lo suficiente…
Existe una serie de estrategias que
se pueden poner en marcha contra estos obstáculos, como son entre otras:
Ante la incertidumbre y la falta de
claridad:
·
Neutralizar los rumores,
identificándolos, transmitiéndolos al equipo para que se aclare la información.
·
No ser ambiguos en los
mensajes, decir claramente a qué nos referimos.
·
Transmitir la información, sin omitir
nada y cuidando la actitud al hacerlo.
·
Ser igualitario con la información,
no contar más a unos que a otros.
Ante el sentimiento de obligación: se
produce por falta de conocimiento de objetivos y resultados.
·
Comunicarlos.
·
Explicarlos detalladamente y de forma
continua.
Ante el sentimiento de víctima:
·
Demostrar con hechos, números y datos
las consecuencias de la conducta.
·
Hacer consciente a la persona de las
consecuencias de la conducta.
Ante el sentimiento de queja:
·
Escuchar, atender los sentimientos.
·
Implicarnos.
·
Tomar nota.
·
Informar a la persona de los trámites
que hemos realizado mientras llega la solución.
·
Si no llega la solución, informarla
cuanto antes.
Ante el sentimiento de miedo:
·
Verlo como algo normal cuando
hay que realizar una nueva tarea.
·
Controlar las reacciones propias y
transmitir confianza.
·
Establecer metas parciales: conseguir
pequeños éxitos da seguridad.
Ante el sentimiento de culpa: cuando no
se hace el esfuerzo suficiente y el resto del equipo sí, se puede sentir
“culpabilidad” aunque se disimule.
·
Descubrir el porqué no se quiere
esforzar y buscar una solución.