jueves, 29 de diciembre de 2016

8 propósitos de Año Nuevo para impulsar tu liderazgo en 2017

Fuente: www.negociosyemprendimiento.org

La llegada de un nuevo año es una buena oportunidad para hacer balance del periodo que despedimos y reflexionar sobre lo que somos y lo que queremos ser, tanto en el ámbito personal como profesional. ¿Quieres mejorar tu liderazgo en 2017?

Tanto si diriges una multinacional como si eres un emprendedor que acaba de iniciar su proyecto, para convertirte en un excelente líder tendrás que desarrollar un trabajo constante a través del cual refuerces tus fortalezas, subsanes tus debilidades y adaptes tus capacidades a las nuevas demandas del mercado.

Propósitos para el nuevo año

¿Cómo puedes enfrentarte a los nuevos desafíos? Según la consultora internacional en liderazgo y recursos humanos Zenger&Folkman, hay ocho comportamientos que caracterizan a los líderes extraordinarios y que debes desarrollar durante 2017 como propósitos de Año Nuevo:

Inspiración de los equipo: Es esencial que desarrolles tu capacidad para motivar e implicar a los empleados, dado que este tipo de líderes consiguen una mayor satisfacción de los grupos de trabajo y un mejor rendimiento y productividad por la plantilla.

Visión holística: Según los estudios desarrollados por Zenger&Folkman, los líderes extraordinarios son aquellos que obtienen una perspectiva amplia sobre las oportunidades y amenazas, en lugar de enfocarse en cada uno de los detalles.

Apuesta por la capacitación: Si aún no lo has hecho, 2017 es el momento para que prestes atención a tu formación continua como líder y a la capacitación del resto de profesionales para su desarrollo.

Relaciones personales: Olvídate del papel de líder ausente o frío y márcate como objetivo mantener un contacto más directo, fluido y personal con los miembros de tu equipo si quieres reforzar tu liderazgo en 2017.

Espíritu colaborativo: Otro de los rasgos que definen a los grandes directivos es su búsqueda de soluciones ‘win to win’ a partir de la cooperación y participación del resto de colaboradores.

Grandes metas: Si quieres convertirte en un líder extraordinario debes potenciar que la plantilla desarrolle todo su potencial y supere objetivos que parecían imposibles. No te limites a hacer lo esperado y contagia la ambición a tu equipo.

Comunicación: En tu lista de propósitos de Año Nuevo no puede faltar la potenciación de tus habilidades comunicativas, así que tendrás que intensificar tu capacidad para transmitir, preguntar y escuchar a todos los niveles.

Ejecución: Que tus deseos de mejora para 2017 no se limiten al papel, porque la última característica de los grandes líderes es que demuestran con su comportamiento lo que dicen con palabras, convirtiéndose en ejemplos a seguir para todo el equipo.

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lunes, 26 de diciembre de 2016

8 tips para mejorar tu liderazgo en 2017


Fuente: mba.americaeconomia.com

Forjar una cultura de respeto y colaboración es una de las prioridades de los líderes empresariales. Estos individuos, quienes se caracterizan por tener habilidades como la comunicación, la seguridad, la responsabilidad y el compromiso, son los responsables de guiar a un grupo de personas hacia el éxito.

Pero, ¿qué pasa cuando el líder tiende a padecer los síntomas de la patología del poder? De pronto el individuo piensa que todos deben acatar sus órdenes sin cuestionarlas. La imposición se hace presente y la opinión comunitaria deja de existir.

Y debido a que este comportamiento autoritario sólo reduce las posibilidades de generar grandes proyectos, Marvin Weisbord y Sandra Janoff, en su libro “Lidere más, controle menos”, ofrecen una serie de herramientas para facilitar la conversión a un verdadero líder.

Basándose en tres sencillos principios –1) permita que la gente construya sus propias experiencias en lugar de imponérselas; 2) organice las cosas de manera que los colaboradores coordinen y controlen su trabajo; y 3) modifique las condiciones en las que se interactúa con el resto del equipo de trabajo–, los consultores y asesores organizacionales lanzan ocho consejos para la fortalecer la confianza en la empresa.

1. Controle la estructura, no a las personas. Los expertos recomiendan ejercer dominio en las cosas que el equipo necesita para seguir trabajando, como los objetivos, las condiciones saludables, las normas culturales y los límites de tiempo. Pero insistir en que deben compartirse las responsabilidades y los resultados obtenidos.

2. Permita que todos sean responsables. Ser líder no implica asumir toda la carga, ya que con esto sólo se refuerza la dependencia de los colaboradores. Acepta que todos hacen lo mejor que pueden y decídete a trabajar con las personas tal y como son; simplemente anímalos a compartan la responsabilidad por lo que dicen, hacen y actúan.

3. Considere la ansiedad como “energía bloqueada”. “Ansiedad, todo el mundo la sufre, nadie la ama”, escriben Weisbord y Janoff, quienes aseguran que para liderar no hay que tratar de eliminar este padecimiento, sino aceptarlo y canalizarlo. Hay que definir a la ansiedad como compañera inevitable de viaje, aquella que saca lo mejor de uno mismo en tiempo de crisis: “es ésta la llave que abre la puerta a las opciones creativas”.

4. Evite “tomárselo personalmente”. Cuando se es líder, la gente inventa historias de uno y uno inventa historias de la gente. Es normal, el problema viene cuando no hay forma de controlarlas y atraen a los individuos a un aviso de juicios, miedos y fantasías. Los autores de “Lidere más, controle menos”, aconsejan reducir la tendencia de culpar a los otros por lo que se hace o se siente.

5. Interrumpa la disputa o la huida. ¿Conflictos entre empleados? La mejor manera de mediar un desacuerdo es la subagrupación funcional, es decir, invitar a la gente a aliarse con otros a partir de experiencias, sentimientos o puntos de vista similares. La idea es que los grupos sigan trabajando por un objetivo, sin que nadie quede aislado. “La mayoría de las veces, al descubrir los otros puntos de vista, se resuelven las diferencias y se continúa con las laboral sin necesidad de la confrontación”.

6. Incluya a las personas adecuadas. Nada puede sonar más simple que reunir a la gente en un solo lugar y trabajar al mismo tiempo, pero el reto está en congregar a los individuos relevantes. Los profesionales ideales estarán ahí para expresar su sentimiento antes de comprometerse con el proyecto y encontrar las soluciones más prácticas. Si en la junta no están las personas clave, entonces ¿para qué perder el tiempo?

7. Experimente “el elefante completo”. Un poema budista habla de seis hombres ciegos que definen a un elefante dependiendo de la parte que tocan, éstos terminan discutiendo sobre algo ignoran. Lo mismo sucede en las organizaciones, olvidan que todo tiene una conexión y la mejor manera de conocer el “paquete completo” es escucharlo, es decir, hay que conocer lo que piensa cada colaborador y compartir experiencias, de esta manera es más fácil aceptar responsabilidades.

8. Haga visibles los acuerdos tácitos. ¿Para qué gastar 80% del tiempo lidiando con conflictos que sólo ocupan 20% de la agenda diaria? Hay líderes que se concentran en convencer al otro e ignoran las cosas que ambos tienen en común; olvidan que liderar también es buscar puntos que concuerden para facilitar la cooperación y la rápida acción en situaciones críticas. No hay necesidad de controlar el resultado, basta con dialogar y encontrar una mutua comprensión.

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lunes, 19 de diciembre de 2016

¿Qué tipo de liderazgo necesitan las empresas mexicanas?

Fuente: Forbes méxico
El líder tirano: “quiero una pirámide y la quiero aquí”. El líder controlador: “le hablas a Pedro y le preguntas si ya revisó los repor­tes”. Sale el empleado de la oficina del jefe, y en cuanto se sienta en su lugar suena el teléfono y… “¿Ya le ha­blaste a Pedro?”, le pregunta su jefe. Cualquier parecido con la realidad.Estos dos tipos de liderazgo son los que imperan en las organizacio­nes mexicanas. No son del todo malos porque tienen aspectos positivos y negativos de acuerdo con el tipo de talento que tengan a su cargo y con el momento en que se encuentre la organización.El estudio realizado por la consul­tora de capital humano Hay Group a 1,500 directivos mexicanos reveló que más de 70% tiene objetivos de corto plazo y se encuentra más orien­tados a dar instrucciones y órdenes. No todo está perdido. Para Christian Philco, director general de Hay Group, los jefes en las empresas en México están muy presionados por los resultados inmediatos y por cumplir los objetivos. Estar inmersos en esta vorágine les impide ser conscientes de la verdade­ra importancia y trascendencia de su rol como líderes.El liderazgo dominan­te entre los jefes mexicanos perfecta­mente encaja en dos de las cuatro clasificaciones de liderazgo que distingue Jorge Arturo Llaguno, direc­tor académico del máster en Dirección de Empresas para Ejecutivos con Experiencia del IPADE:
“Siempre pensamos que los líde­res fuertes son los que hacen que las cosas funcionen, el problema es que a veces los líderes fuertes lo que hacen es que funcione el presente, pero no el futuro”, dice.
La realidad es que los diferentes tipos de liderazgo pueden funcionar de acuerdo con la etapa en la que se encuentre una empresa. En este sentido, el académico distingue tres momentos: Durante el nacimiento es más común tener un líder “todólogo” con un perfil tiránico contro­lador porque tiene que estar al pendien­te de lo que sucede en todas las áreas de la organización.
“En esta etapa, la gente que se incorpora a la empresa no tiene la visión completa o el entrenamiento completo… entonces es mejor pasar­se de duro que de blando”.
Durante la consolidación, el obje­tivo del líder debería ser no hacerse indispensable, de lo contrario trunca el proceso. Para Llaguno, “son el peor cáncer de las organizaciones” y podrían provocar que la empresa se pareciera a un equipo de futbol en donde si no juega la estrella, no gana.
“En esta fase es mejor un líder que dice “el plan es éste, propon­gan ustedes qué quieren hacer y no esperen a que yo les diga en dónde poner cada ladrillo, ni esperen a que les diga cómo será al final, porque yo tampoco lo sé”.
La crisis de una empresa pone a prueba a cualquier líder y durante ese momento es común que se convoque a uno nuevo. Casi siempre la elección será un tirano, porque pondrán la casa en orden y evitarán el naufragio, pero dejarán una cultura muy lastimada y habrá pérdidas de capital humano.

“Un ejemplo paradigmático fue Lou Gerstner, quien toma IBM después de la crisis de los 90 y la rescata, pero deja un cultura famo­sa en libros, aunque con áreas de oportunidad que el siguiente líder Sam Palmisano se tarda casi 10 años en reparar, justo porque mucho talento se fue al presidir a Gerstner, muy déspota y muy enfocado en sus ideas”, recuerda Llaguno.

Gerstner en IBM realizó pro­fundas transformaciones en la organización y en los procesos de la empresa, enfocándose totalmente a lo que el mercado requería. Esta revolución costó la salida de casi 120,000 empleados. No existe una fórmula mágica para encontrar el tipo de liderazgo perfecto, pero idealmente los líderes deberían estar preparados para en algún momento estar dentro de las cuatro clasificaciones.

“Un líder tiene que ser capaz de saber dar paso al talento que está formando para que crezca y seguir adelante. Tiene que ser duro para formarlo en su momento, tiene que ser blando para dejarlo explotar (el talento)y también tiene que dejarlo pasar. Cuando nos eternizamos es cuando nos volvemos disfunciona­les y evitamos que la organización crezca”, dice Llaguno.
Los que México necesita
Para los expertos, los líderes hoy enfrentan tres retos: la agresividad en el crecimiento de las empresas, la convivencia de baby boomers, mi­llennials y generación X y una crisis de credibilidad en prácticamente todos los niveles. El crecimiento de las empresas es cada vez más agresivo, lo que requiere fortalecer las capacidades de liderazgo. De acuerdo con Philco, esto se logra a través de procesos de selec­ción y de entrenamiento, así como al entender las diferentes capacida­des de los líderes. Los líderes tienen el reto de en­ganchar a las tres generaciones: “Los más antiguos están orientados a las horas de trabajo con éxito, son menos cuestionadores y mucho menos reta­dores… pero también los más jóvenes son más retadores, más cuestionado­res y te hacen pensar mucho más”, dice Philco. Para él, la clave es tener una visión que incluya la parte aspiracio­nal, económica y de realización. “México está viviendo una etapa muy difícil… la persona de a pie está viviendo una crisis de credibi­lidad en sus gobernantes y en sus directivos, en la gente que toma decisiones… la percepción por años ha sido que en México no funcionan las reglas ni los procesos, lo que funcionan son los hombres fuertes… la gente piensa… es mejor conse­guirte a la persona que es amigo del dueño de la empresa, el que tiene el contacto… tenemos tan arraigado eso en la cultura que no creemos en instituciones, no creemos en las organizaciones y no creemos en los líderes, ¿Cuál es el gran reto de los líderes? Pues todo esto es su materia prima”, dice Llaguno.
Estos son los tipos de líderes en las empresas mexicanas.
El tirano: este tipo de líder se enfoca en los objetivos, lo hace por la fuerza y evita por completo la participación de su gente. La ventaja de este líder es que logra resultados en el corto plazo y tiene una visión muy clara. “La gente dentro de la organización sufre mucho este tipo de liderazgo, los acaban quebrando, entonces el talento presente (personas que ya son conscientes de que tienen talento, son buenos y valen por lo que son capaces de hacer) se queda un rato, pero cuando se dan cuenta de que el líder va a quedarse con todo el reconocimiento este talento se va. El talento futuro (personas en formación que demuestran capacidades prudenciales y que anticipan que llegarán a ser buenos en su desempeño) es más susceptible a quedarse con el líder tirano porque los ve como mentores”, dice Llaguno.
El controlador: este es el tipo de líder que se enfoca en los procesos y también aplica la fuerza. A diferencia del tirano, éste describe paso a paso cómo quiere que se lleven a cabo las tareas. “La gente dice que prefiere mil veces un tirano que un controlador, el controlador genera un nivel de frustración brutal”. Bajo esta condición, el talento presente tiende a huir porque el líder controla una a una sus acciones individuales. El talento futuro se queda un poco más de tiem­po porque siente que recibe formación, pero huye en cuanto se percata de que este líder se empeña en las acciones y no en los objetivos. Además, este tipo de talento difícilmente crecerá profesionalmente con un líder de estas características.
El indeciso: se enfoca en los procesos, pero es muy suave: “Quiere intervenir en cada parte del proceso, pero no quiere estorbar: ‘A ver, haz el documento en Excel. No, ¿sabes qué? Mejor no, primero el re­porte en Word y luego haces el Excel y calculas los montos. No, mejor no, mejor los montos no’“. En este caso, la falta de dirección termina por ahuyentar a los dos tipos de talento. Para Jorge Arturo Llaguno, el líder indeciso presenta las peores características. Suelen ser personas que rápidamente subieron de nivel en la organización y tienden a experimentar demasiada ansiedad en su desempeño. Esos líderes se convierten en barreras e impiden el desarrollo de sus corporaciones.
El confiado: es un tipo de líder suave que se centra en los objetivos. Se caracteriza por plantear una meta y luego ausentarse. “La gente se siente frustrada porque dice: ‘¿cómo le hago?’, sobre todo las personas que son talento de primer ingreso, los sienten como jefes ausentes”, dice el experto del IPADE. Este tipo de liderazgo resulta benéfico para el talento presente porque “no estorba”, pero el riesgo es la formación de pequeños grupos de poder y las mismas organizaciones se vuelven rehenes de sus talentos. El talento futuro tiende a sen­tir frustración porque siente que no recibe ningún aprendizaje.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Clases y tipos de liderazgo

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

Existen muchas personas que por su forma de ser tienen la capacidad de liderar a otras personas con un objetivo común.Esta característica es definida por el campo de la psicología como liderazgo. ¿Pero cómo podemos diferenciar a una persona con liderazgo a otra que no tiene?
Antes de todo, hay que decir que es difícil hacer una diferenciación clara y objetiva sobre este rasgo ya que cada persona es un mundo y se comporta de forma distinta según sus circunstancias.
Sin embargo, a lo largo de la historia ha habido numerosos psicólogos que han podido hacer una diferenciación clara del liderazgo. Y entre todas ellas, cabe destacar las siguientes:


Líder carismático
El carisma es la facilidad de las personas para hacerse dignos de admiración. Las personas carismáticas tienen la facultad de crear un aura de carisma a su alrededor provocando que todos sientan admiración, cariño y empatía por ellos.
El carisma es principalmente hereditario y su eficacia se basa en la espontaneidad, pese a que pueden aprenderse ciertas técnicas que facilitan su práctica. Los líderes carismáticos no tienen necesidad de obligar a sus subordinados a realizar las tareas, sino que ellos las realizan por el sentimiento de admiración hacia el líder. Estas personas sienten una necesidad inherente de sentirse aceptados por la persona que los lidere, lo que les lleva a realizar cualquier tarea que él les encomiende.
Son sin duda uno de los líderes más eficaces dado que su carácter de liderazgo no se verá mermado mientras sea capaz de mantener ese sentimiento de admiración.
Un ejemplo de líder carismático podría ser Gandhi.


Líder de inteligencia
Estos líderes combinados con un gran espíritu de trabajo pueden llegar a hacer cosas increíbles. Son seres muy competitivos con las personas de su mismo coeficiente y siempre quieren destacar sobre los demás haciendo camino con las personas de su confianza.
Un ejemplo de líder de inteligencia podría ser Steve Jobs.


Líder emprendedor
Este tiene un carácter más participativo dentro del grupo, por lo que en cada toma de decisiones, este pide consejos de los demás integrantes para así tomar la decisión más acertada, aunque esto no significa que sea un líder más débil sino que unifica la formación del grupo incluyendo a sus integrantes en un mismo escalón.
Estos líderes son los mejores para grupos pequeños que para los grandes, dada su escasa eficacia en estos últimos.
Un ejemplo de líder emprendedor podría ser Mark Zuckerberg


Líder proactivo
Este es un líder más atento y que se preocupa por todo el grupo. Siempre quiere el bien de todos los integrantes del grupo. La tarea más importante de este tipo de líder no es la de dar órdenes sino la de mantener al grupo unido. Este tipo de líderes son utilizados cuando la diversidad del grupo facilita la disolución del mismo, siendo necesaria la intervención del líder.
Los líderes carismáticos podrían ejercer como este tipo de líder si gozaran de la admiración de la totalidad del grupo.
Un ejemplo de líder proactivo podría ser Alejandro Magno.


Como habrás comprobado, existen multitud de características que definen al liderazgo, ya que cada tipo de líder es distinto respecto a dónde se encuentra, con qué personas se rodee o qué decisiones tome.

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jueves, 1 de diciembre de 2016

10 lecciones de liderazgo de Carlos Slim

Fuente: Mundoejecutivo.com

Carlos Slim Helú es el segundo hombre más rico del mundo. Y llegó a serlo gracias a que —como él mismo señala— desde pequeño cosechó la semilla de los negocios que hoy en día es un gran árbol de dulces empresas.
No es secreto que Slim es un hombre hermético y reservado; sin embargo, las lecciones que ha aprendido en sus exitosos negocios permanecen en la memoria de quienes lo ven como un líder empresarial y pueden servir como ejemplo para quienes empiezan una carrera en el mundo de los negocios.
Estas son algunas de las lecciones que podemos aprender del magnate mexicano.


1. Perseverancia
En varias ocasiones, Slim ha dicho que, desde pequeño, le gustó hacer inversiones y así lo comprobó a los 25 años cuando ya tenía las bases de Grupo Carso. En los ochenta lanzó Inbursa, asimismo tenía Sanborns en sus manos y en 1990 adquirió Telmex.

“El optimismo firme y paciente siempre rinde sus frutos”.


2. Austeridad
Algunas versiones señalan que Slim es un hombre que regatea. Es una persona pendiente de las cuentas, así lo demuestran sus empresas; para él no hay gasto, sólo inversión.
Resalta que en la época de crisis de los años 80, fusionó varias empresas y salió a la luz su grupo financiero Inbursa.

“Mantener la austeridad en tiempos de vacas gordas. Esto fortalece, capitaliza y acelera el desarrollo de la empresa. Asimismo, evita los amargos ajustes dramáticos en las épocas de crisis”.


3. Trabajo duro
Ni la enfermedad, ni los hospitales han logrado detener la lucha de Slim en sus negocios. Un recinto en Houston fue el lugar donde asimiló que no se trata de donar o simplemente dar, es cuestión de ayudar y brindar las herramientas para promover una solución a los problemas.

“No creo mucho en la suerte. Creo en las circunstancias. Creo en el trabajo”.


4. Humildad
En varias ocasiones ha sido criticado por las prácticas monopólicas de sus empresas, pero esto no es impedimento para que continúe esforzándose en el trabajo.
Los millones en su cartera lo posicionan como inalcanzable, pero quienes lo conocen señalan que es un hombre agradable, de buen trato y personalidad sencilla.

"Cuando vives para la opinión de los demás, estás muerto. No quiero vivir pensando en cómo voy a ser recordado".


5. Planeación
Carlos Slim es de ascendencia libanesa y su formación empresarial comenzó desde pequeño, cuando observaba los proyectos de su padre. No es una persona impulsiva, al contrario sabe tomar decisiones que a la larga lo van a ayudar en los negocios. Así sucedió con las fusiones de sus empresas y los consorcios que maneja.
Las decisiones a la “ligera” son imperdonables en un imperio como el del ingeniero.

"Todos los tiempos son buenos para quienes saben trabajar y tienen con qué hacerlo".


6. Supera los errores
Carlos Slim considera que todo es posible de aprender, aunque se trate de errores. En entrevistas asegura que ha tenido malas rachas y negocios, sin embargo ninguno ha sido de gravedad.
La falta de decisiones es la razón por la cual considera que los errores pueden llegar a surgir. El éxito no proviene de lo material, si no de la satisfacción.

“Los errores son normales y humanos. Comételos pequeños, acéptalos, corrígelos y olvídalos”

7. Preparación
No se puede negar que Slim es un hombre preparado, es astuto al momento de calcular y en asuntos de matemáticas. Esa es la base para decir que estudiar, esforzarse y prepararse son las armas para triunfar.
Aldea Digital, El Museo Soumaya o el Acuario Inbursa son los ejemplos claros de que confía en que la educación es clave para el desarrollo económico en el país.

"La educación y el empleo son los remedios para la pobreza".


8. Responsabilidad
El segundo hombre más rico del mundo sabe que un buen líder responde ante los problemas de su comunidad y es efectivo para resolverlos sin la necesidad de perder el control. La modernización, capacitación, calidad y compromiso son la fórmula para poner en marcha cualquier plan.

“Creo que cualquier cosa que tenga privilegios tiene responsabilidad y toda la gente que tiene claras sus responsabilidades tiene compromiso”.


9. Trabajo en equipo
El millonario sabe que los hombres son seres sociales y necesitan de los otros para sobrevivir, sobre todo en los negocios.
Las alianzas entre sus mismos consorcios o incluso con los de otros millonarios despuntan sus inversiones, sobre todo si se trata de tecnología.

“En esta nueva ola de tecnología, no puedes hacerlo todo tú solo, tienes que formar alianzas”.

10. Disfrutar
Los lujos y excentricidades de los que un millonario puede disfrutar, en ocasiones, nublan la vista de los demás. Aunque Slim es sólo una persona más. El altruismo lo distingue, aunque sea silencioso, fue algo que fortaleció con su única esposa Soumaya Dommit. A través de donaciones, ciencia y tecnología brinda su mayor legado: la educación.

“Las cosas más grandes de la vida no son materiales”.



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