Por: Lucy Ponce.
cainem.com
Ante los vertiginosos cambios del mundo, sobran farsantes y faltan líderes comprometidos con los cambios estructurales. Como ciudadanos también hemos dejado los espacios vacíos, esperamos que los cambios lleguen sin que a nosotros nos implique salir de nuestra zona de confort, creemos que llegarán de arriba hacia abajo, es más fácil culpar a los gobiernos que asumir la responsabilidad que a todos nos toca.
Hace unos días me encontraba en una reunión donde un líder político, no tuvo el valor de enfrentar los cuestionamientos de quienes lo escuchaban y ante la falta de argumentos, sobraron las faltas de respeto. Un líder no debe estar para complacer o para motivar, la responsabilidad de un líder es lograr que el otro de lo mejor de sí.
El liderazgo emergente requiere de personas comprometidas, que estén dispuestos a sumar capacidades con una visión trascendente, pero sobre todo con una conducta apropiada. En momentos de crisis siempre es posible encontrar también “líderes oportunistas”, que solo trabajarán para satisfacer sus propios intereses.
Pero algo peor que un líder oportunista, es la apatía de los buenos ciudadanos, no hacer nada también es un acto de cobardía, generar omisiones, es sumarnos a la larga fila de personas que solo se quejan del sistema donde están.
Sí, digo que hacen falta líderes, hay una crisis de liderazgos propositivos, necesitamos más personas que inspiren, personas apasionadas, con un propósito claro de vida y dispuestas a enseñar a otros.
Hace falta asumir la responsabilidad de nuestra propia vida, de nuestras propias decisiones, asumir, que somos seres que aprendemos a prueba y error; sin embargo, estamos de pie viviendo intensamente nuestra pasión.
Hacen falta más ciudadanos comprometidos, dispuestos a escuchar, hacen falta más personas que sean empáticos ante las situaciones de los demás, la indiferencia es una forma de violencia; la más peligrosa, la que permea en los espacios, se cubre de apatía, se lleva la esperanza y nuestra capacidad para soñar.
Necesitamos líderes resilientes, más personas que se atrevan a ser dueñas de si, a equivocarse, a levantarse, a continuar después de las heridas, necesitamos más líderes que prediquen con el ejemplo, los que abran caminos, los que inspiren con una vida en congruencia.
No, no busco alguien que me motive, busco vidas que me inspiren.
Eres libre, ¿de qué lado de la balanza quieres estar? Decídete hoy a ser el cambio que el mundo necesita. No hay metas grandes o pequeñas, hay necesidades que podemos apoyar a que sean cubiertas, en nuestra casa, nuestra ciudad, nuestro país.
Sueña en grande, equivócate en grande, conquista en grande. Tu éxito está medido por la pasión con la que vayas por tus sueños.