Nacer y vivir para pensar en grande.
Por: Alejandro Martínez.
¿Por qué no pensamos en grande? ¿Por
qué nos da miedo el éxito profesional, económico, personal o familiar? ¿Por qué
nos rendimos constantemente en el intento de ser líderes? ¿Por qué no pensamos
en grande para trascender y cambiar positivamente a la sociedad?
Muchas de estas y otras preguntas
relacionadas con el desarrollo de liderazgo, tuve la oportunidad de
comentar con un grupo numeroso de padres y madres de familia, hace una par de
semanas, en la reunión mensual de nuestro programa de Liderazgo Supera.
Las respuestas a estas dudas que
he recibido en dicho encuentro y que he podido clasificar y responder, ha sido
gracias al largo paso de los años al ser el Head Coach de Supera, tener relación
y conocer a miles de adolescentes, familias, profesores, directores de empresas
y viviendo con ¡mis propios 7 hijos pequeños y adolescentes!
Mucho de “los miedos” para ser
lideres y pensar en grande son resultado de nuestra propia cultura latinoamericana
en la que no se nos ha promovido ni fomentado la educación académica y cultural, tan necesarias, para ser lideres primero nosotros mismos y después formar y crear a más lideres.
Lo más grave de esta situación, es
darse cuenta de manera contundente que la principal razón de esta carencia de
liderazgo es resultado de no impartir de manera metodológica en los
colegios, desde kínder hasta Universidad y dentro de la
propia familia, estos temas tan necesarios en el mundo complejo que vivimos. Nunca se les dice a nuestros niños de primera infancia que en nuestro tiempo ya no basta ser excelente, se requiere ser líder.
Esto ha generado que por décadas, simplemente NO nos la creemos que podemos ser líderes, competir en todos los campos contra europeos, asiáticos, norteamericanos, etc. Y que, de manera especial, con nuestra vida y
ejemplo podemos inspirar y transformar la vida de miles de personas.
Nuestros
adolescentes no piensan y creen que pueden aspirar a estudiar en las universidades
más reconocidas del mundo, recibir becas económicas para graduarse y fundar
empresas como Steve Jobs, Bill Gates o Carlos Slim. No lo creen posible porque en su entorno social inmediato no lo ven, no lo escuchan y nadie les dice que todo sueño es posible hacerlo realidad si están dispuestos a pensar en grande, como líderes y pagan el precio del trabajo duro, la perseverancia y la honestidad.
Como lo
menciono, es un tema de educación cultural, académica y familiar.
¿Cómo podemos comenzar a resolver
este gran paradigma que ha permeado por generaciones en nuestros hijos,
adolescentes y sociedad en general?
Tenemos que formar de manera
inteligente, comenzando por nuestra propia familia, la voluntad y el carácter.
La madre Teresa de Calcuta, que eligió para su vida ser líder social entre los más pobres y enfermos del mundo y que podría haber sido ser princesa porque su padre y madre formaban parte de la aristocracia y monarquía europea, decía frecuentemente: “Si quieres mostrar tu amor
por el mundo, ve y comienza por amar a tu propia familia”.
El liderazgo está mucho más cerca
de nosotros de lo que imaginamos pero para poder verlo, sentirlo y hacerlo
nuestro, para poder realmente dominarlo como un estilo de vida positiva,
debemos de estar dispuestos a ir más allá de nuestros limites mentales, de
nuestra apatía como nación, de nuestra flojera mental que nos fomenta
cotidianamente la ley del menor esfuerzo.
Básicamente el liderazgo es
acción. Es escuchar a nuestro mentor. Es decidir comenzar a dar el primer paso en un camino a veces de soledad profunda,
a veces de satisfacciones que llegarán en un muy largo plazo, a veces en
entender y ver lo que de primera mano no tiene sentido y sobre todo, es mantenerse
siempre en la batalla para que por más caídas que tengamos, volvernos a
levantar las veces que sea necesario, haciéndonos mas fuertes y siempre dejando
de sentir lastima por nosotros mismos para ver en el horizonte, el bien mayor
de una sociedad que cada vez necesita más y de manera urgente, lideres que con sus
acciones concretas y positivas, puedan aportar mejoras en todos los aspectos de
la vida.
Así como el tema económico se
resuelve trabajando, de la misma manera el pensar en grande como lideres se
resuelve decidiendo pagar el precio de la constancia por los sueños que tenemos
y que de nosotros dependerá hacerlos realidad o no.
Pensar en grande, aspirar a lo
mejor en nuestra vida, ser lideres y formar a más lideres para trascender en el tiempo, se resuelve con educación
académica, voluntad, carácter, perseverancia, paciencia, trabajo, trabajo y mas
trabajo… y muchos deseos reales y concretos de NO ser parte de una masa
mediocre que, como lo describió Darwin en su época, parece que solo aspira a: “nacer, crecer, reproducirse y
morir”. ¿Qué opinan?