En la medida en que podamos orientarnos hacia un liderazgo más participativo, podremos crear un sentido de identificación y pertenencia, logrando así que las cosas sucedan.
El liderazgo ha sufrido constantes cambios en los últimos años, cada vez se ha ido dando más peso al papel fundamental que tiene el colaborador dentro de una organización, sin embargo falta mucho, en la actualidad algunas compañías mantienen un liderazgo tradicional y paternalista en donde no existen evaluaciones de desempeño, comunicación entre líderes y subordinados. Los jefes no tienen una responsabilidad clara de desarrollar las habilidades de la gente y por ello no existe liderazgo que los haga crecer como empleados y como empresa.
La visión que tienen los trabajadores de sus jefes, por lo general, es que ordenan, mandan, imponen, controlan y no tienen gran valor dentro de su área de trabajo; las diferentes generaciones que hoy están en el mercado laboral están evolucionando rápidamente, los Baby Boomers, Generación X, Millennials, están viviendo una serie de cambios y adaptación para poder trabajar en conjunto por un mismo objetivo, por ejemplo los jóvenes se vinculan con un mundo de una forma muy diferente, menos presencial y más a través de los dispositivos electrónicos según la encuesta realizada por Kelly Services (Kelly Global Workforce Index, KGWI), las organizaciones deben cuestionarse si el estilo de liderazgo que están utilizando es para una fuerza de trabajo multigeneracional y multicultural, además de cómo pueden fomentar más el trabajo colaborativo.
La preocupación de los directivos y mandos medios hoy se debe de enfocar en crear una imagen en donde sus subordinados lo relacionen como un colaborador más, orientador, que escucha a su gente, generador de confianza, que transmita seguridad y que abra el canal de comunicación en donde el subordinado tenga voz para aportar ideas que aporten a la compañía.
Un líder a diferencia de un jefe es el respaldo del equipo, aquel que potencializa a su equipo de trabajo para que desarrollen sus inquietudes, iniciativas y creatividad. Fomente la responsabilidad, el espíritu de equipo, el desarrollo personal, y especialmente, es el artesano de la creación de un espíritu de pertenencia que une a los colaboradores para decidir las medidas a tomar.
El líder Inspira y empodera, inspirar a través de un objetivo común y establece metas que motiven a dar más del cien por ciento. Un buen liderazgo radica en dar el mayor empowerment (empoderamiento) posible a las personas para que sientan que son capaces de alcanzar y realizar sus objetivos.
El liderazgo empresarial consiste en la habilidad de influir en los demás para poder conseguir los objetivos y satisfacer las necesidades de la empresa. Busca desarrollar el máximo potencial de la empresa y trabajadores, esta cultura debe de evolucionar y cambiar el concepto de jefe por líderes.
Es imprescindible para las organizaciones contar con un liderazgo claro para poder determinar la estrategia y los objetivos de la organización, hoy la sinergia entre jefes-trabajadores debe trascender cambiando modelos mentales y forjando una sola visión, alcanzar el éxito de la organización.