jueves, 19 de diciembre de 2024

Pedir Disculpas

Pedir Disculpas


La aportación de este blog fue una recopilación hecha por Emiliano Nuñez, Coach Jr. del programa Liderazgo Supera.

Aunque llevado al esperpento, lo cierto es que en el mundo de los negocios es demasiado habitual encontrar este tipo de actitudes. Y sin embargo, los números demuestran que es mucho más rentable y productivo asumir la responsabilidad de los actos y reconocerlo ante quien haga falta.

“Pedir disculpas es una habilidad directiva y social que vincula a la parte ética de la compañía y refuerza el liderazgo y la honorabilidad de quien lo hace”, señala Jean Marc Martínez, profesor de Habilidades Directivas y Dirección Estratégica de EAE. Una idea sobre la que insiste insiste Nuria Sáez, socia-directora de Increscendo: “Es necesario reconocer y asumir que nos hemos equivocado y hacerlo, además de una forma sincera, desde la posición de que todos cometemos errores y que errar es humano”.

En efecto, “pedir disculpas empieza con un paso previo, el de la autocrítica, la reflexión previa sobre lo que estamos haciendo y sobre lo que ha motivado el error o el desatino. Y esa aceptación de la equivocación es el instrumento necesario para seguir avanzando, para seguir evolucionando”, confirma Mª José Fraile, directora de Recursos Humanos de Meta 4.

PASOS PARA QUE SEA ACEPTADA, EFECTIVA Y RENTABLE


* Cuida el tiempo. Cuando se trata de un conflicto interpersonal, la disculpa debe pedirse cuanto antes para evitar que mine la relación o el clima laboral; y para minimizar el efecto pernicioso, cuando se trata de un error que hemos cometido.

* Siempre en primera persona. La disculpa debe venir desde el yo, nunca desde el tú: “me he equivocado en este planteamiento”, “he cometido un error”. De esta manera eliminamos cualquier atisbo de ataque que pueda sentir el otro si intentamos justificar nuestra propia actitud en función de la reacción del interlocutor.

* Que sea específica. Evita las generalizaciones. Eso de “lo siento si te he ofendido” o “lamento si alguien se ha sentido molesto por mi culpa”, sin especificar los motivos, no sirve de nada porque no transmite ese ejercicio de reflexión del que hablábamos antes ni la empatía para detectar por qué el otro siente molesto.

* Y personalizada. Si te has equivocado con alguien, debes disculparte ante ese alguien y no ante terceras personas para que hagan de correveidiles. La frase “me he equivocado, tú tenías razón” tiene una capacidad enorme para liberar tensiones, “son palabras mágicas que incitan al otro a aceptar las disculpas y a reconocer automáticamente su parte de error”, aclara Muro.

* Sin excusas externas. Nada de echar balones fuera. Quien ha cometido el error soy yo y eso es lo que debo transmitir. Es mejor asumir la totalidad de la responsabilidad

* Explica qué ha ocurrido. Si bien es cierto que no debemos buscar excusas ni justificarnos por lo que hemos hecho o por lo que ha pasado, sí es bueno explicar al otro qué hay detrás de nuestro error, de nuestro exabrupto, de nuestra dejadez… Esta explicación además contribuye a reforzar la impresión de que el error, el fallo, la equivocación, el conflicto ha sido algo puntual y ha estado originado por algún motivo concreto.

* Y corrige/compensa. No olvides que la disculpa se cierra con una promesa de cambio de actitud, una solución al problema que has creado o una compensación por el daño ocasionado: 


Fuente: emprendices.co

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