Por: Éxito y Liderazgo
La tolerancia es un
valor que si bien nos inculcan desde niños, conforme crecemos es puesta a
prueba al enfrentarnos con diferentes situaciones y personas. Y es que no puede
haber nada más frustrante que encontrar a alguien cuya forma de ver la vida no
comulgue con la tuya; es una reacción natural y que se hace presente hasta en
las personas más pacíficas. El problema empieza cuando te das cuenta de que tal
vez, tus reacciones son demasiado negativas o fuera de lugar, porque te cuesta
controlarte ante alguien que tiene una manera de ser o de pensar que no te
gusta para nada.
En caso de que te hayas sentido
identificado con lo que acabo de describir y estés dispuesto a cambiar tu
actitud para evitar más conflictos, entonces seguramente te van a interesar los
consejos que voy a compartir contigo en esta ocasión. No puedes obligar a la
gente a pensar como tú, ni modificar tus ideas; pero recuerda que siempre es
posible ir por el camino más sensato.
Acepta que existen perspectivas
diferentes a la tuya.
En el mundo existen muchos asuntos
que se prestan a un debate largo y tendido. La religión, el vegetarianismo, la
política, el fútbol, la música y hasta el matrimonio, entre otros. Dar una
opinión es casi imposible, porque todos tienen algo que decir y quieren ser
tomados en cuenta. Pero algo a lo que tenemos que acostumbrarnos para bien o
para mal, es que nunca vamos a poder estar todos de acuerdo.
Es muy improbable que alguien a quien
le gusta la música rock comience a escuchar un género que odia, que quien ha
decidido dejar de comer carne por motivos fuertes vuelva a hacerlo de nuevo o
que un ateo vaya a misa por gusto. A veces sucede, es cierto; pero la mayoría
de las veces, es inútil hacer cambiar de opinión a las personas. ¿Y por qué
gastar energías en intentarlo? Sabes que normalmente, esto termine siendo
motivo de discusiones que son muy desgastantes y en realidad mientras la
postura de alguien no interfiera con la vida de quienes le rodean, no hay
porque preocuparse tanto.
Una vez que comprendes esto, te das
cuenta de que no vale la pena desperdiciar esfuerzos y empiezas a evitar muchos
conflictos estresantes, además de aprovechar mejor tú tiempo.
Trata de ponerte de vez en cuando en
los zapatos del otro.
Entender porque algunas personas
tienen una manera diferente de pensar, es algo que te ayuda a mejorar tu
carácter hacia ellas. Antes de poner excusas para no hacerlo, al menos haz el
intento y trata de comprender, porque alguien puede pensar de manera tan
diferente a ti. Trata de recordar todos los aspectos y detalles que la rodean
si te es posible, y te darás cuenta de que puedes encontrar razones válidas que
le hayan llevado a tener una perspectiva que a ti no puede parecerte la mejor.
Hacerte preguntas es la mejor
alternativa para hallar respuestas. ¿Te has preguntado por qué tu amigo piensa
tan mal del matrimonio, cuando a ti te parece algo muy hermoso? Quizá es porque
ha tenido decepciones amorosas o una familia disfuncional. ¿O por qué tu vecina
esta en contra de la adopción por personas del mismo sexo? Puede que su postura
no sea la más adecuada, pero a lo mejor piensa así porque eso es lo que le han
inculcado desde niña o bien, porque le tocó atravesar por una experiencia
negativa, que haya involucrado a gente con preferencias distintas.
Si bien esta clase de explicaciones
pueden no dejarte del todo satisfecho, si te serán útiles para comprender mejor
a quienes te rodean y ver que a pesar de sus opiniones, en el fondo pueden no
ser malas personas.
No lo hagas personal.
A veces dejarte llevar por las
opiniones de alguien más te hace perder los estribos, y todo porque lo tomas
como si fuera un ataque que va dirigido directamente a ti. Lo cierto es que no
hay porque tomarse las cosas personales. El hecho de alguien más aborrezca a tu
partido preferido de fútbol, no significa que necesariamente tenga algo en
contra tuya; lo mismo que si alguno de tus conocidos se ha expresado mal acerca
de la religión que profesas o de la escuela de la que te graduaste.
Sí, es verdad que son comentarios que
pueden llegar a ofender, pero piensa las cosas con la cabeza frías. La mayoría
de los casos, quien hable mal de algo que es importante para ti, tal vez no
tendrá ni idea de ello. De cualquier manera la mejor forma de resolver algo
como esto, es pidiéndole de la forma más amable que puedas, que se abstenga de
hablar de ciertos temas frente a ti. Si a pesar de ello no comprende y continúa
haciéndolo para provocarte esta vez, será esa persona quien se lo haya tomado
personal y tú sabrás que debes mantenerte alejado de su negatividad. La
distancia a veces es el mejor remedio.
Aprende a informarte sobre las cosas
que no conoces.
A veces nuestros prejuicios no tienen
fundamentos de verdad y solo han sido aprendidos por parte de alguien más. Es
por eso que lo mejor que puedes hacer es buscar información por ti mismo, para
que te puedas formar una opinión que sea tuya sinceramente. Después de todo,
nunca sabes si algo que creías detestar te puede terminar gustando.