jueves, 12 de diciembre de 2024

¿TENEMOS UNA ACTITUD ABIERTA ANTE LAS OPORTUNIDADES?

Por: Liderazgo y Equilibrio.
Las oportunidades se nos presentan sólo una vez en la vida y es decisión nuestra aprovecharlas o no. Para ello lo primero tenemos que estar atentos para reconocerlas y aprovecharlas, si las dejamos pasar puede ser demasiado tarde.
Muchas veces estamos tan preocupados de conseguir nuestras metas como tenemos planeado que olvidamos divertirnos en el camino y fijarnos en las diversas oportunidades que nos brinda la vida.
¿En alguna ocasión habéis dejado pasar diversas oportunidades como al hombre Sagrado de esta metáfora?
Llovía y llovía y a continuación llovía un poco más, como si el cielo se hubiera abierto y un océano de lluvia cayera sobre la tierra. A medida que la riada crecía, el Hombre Sagrado miraba a su alrededor y se preguntaba si esta lluvia sería una señal de Dios. Estaba seguro de que, así fuera, no tenía nada que temer. Se colocó frente a la puerta, y cuando el agua empezaba a inundar su casa, un hombre en un bote de remos se acercó a donde estaba y le dijo:
– “Hombre Sagrado, ¡sálvese!, ¡suba al bote conmigo!”
Y el Hombre Sagrado le replicó
– “Soy un hombre de Dios y Dios no permitirá que me ahogue. Ofrece espacio en tu barca alguna otra alma digna”.
Y el hombre se marchó remando.
El nivel de agua siguió creciendo y alcanzó el primer piso de su casa, y el Hombre Sagrado subió al dormitorio en el segundo piso de su casa, y esperaba y miraba.
Pronto otro hombre en un bote de remos navegó hasta su ventana y dijo:
– “Hombre Sagrado. ¡Está en peligro! Por favor, súbase en mi barca, sino se ahogará”.
Y el Hombre Sagrado, una vez más, declinó el ofrecimiento y dijo:
– “Dios no permitirá que me ahogue. Yo soy su sirviente. Yo soy su Voz. Ofrece el lugar de tu bote a alguien que merezca ser salvado”.
Y el hombre se marchó remando.
La lluvia continuó cayendo y el nivel que alcanzó el agua obligó al hombre sagrado a subir al tejado. El agua subió hasta cubrir toda su casa. Y tuvo que encaramarse a la chimenea. Entonces llego un helicóptero y permaneció inmóvil, en el aire, encima de él, al tiempo que resonaba una voz a través de un altavoz que decía:
– “Hombre Sagrado. Le arrojaré una cuerda y la izaré desde la chimenea. Agárrese a la cuerda y sálvese”.
A lo que el Hombre Sagrado contestó:
– “Dios no permitirá que me ahogue. Váyanse y rescaten a otra persona que necesite su ayuda.”
Y el helicóptero se marchó volando.
La lluvia continuó, y el agua siguió creciendo… y el Hombre Sagrado se ahogó. Cuando se encontró a Dios en el cielo, le preguntó:
– “Dios mío, ¿cómo has permitido que me ahogue? ¿Acaso no te he servido fielmente todos estos años? ¿No he sido devoto toda mi vida de tu grandeza y no te he traído otros siervos para que conocieran tu palabra? No lo entiendo, ¿por qué has permitido que me ahogara?”.
Y dios replicó:
– “¡Ciego! ¡Te he enviado dos barcas y un helicóptero!”.
Así que qué esperas, las oportunidades no volverán, por pequeñas que te parezcan… ¡¡¡aprovéchalas!!!