Por: Psicoblog.
Asertividad y
empatía son dos ingredientes muy importantes en el plano de la comunicación
humana. Por medio de la asertividad, una persona tiene la capacidad de expresar
de forma clara sus sentimientos y puntos de vista. Por su parte, la empatía es
un ingrediente que potencia la comprensión humana en las relaciones personales
y grupales.
De este modo la
asertividad empática combina ingredientes muy importantes. Por una parte, se
nutre de la sinceridad y la verdad propias de un mensaje asertivo, pero también
adquiere la apertura mental de la acogida hacia el otro que ofrece la
Asertividad y empatía son dos habilidades sociales totalmente
complementarias. La asertividad está más orientada al plano de la
introspección, la empatía remite al otro.
En el contexto de
la comunicación, la asertividad empática es la capacidad que te lleva a
expresar un mensaje teniendo en cuenta no solo aquello que quieres expresar,
sino también, cómo puedes hacer llegar esas palabras al receptor. Por ejemplo,
se trata de no herir los sentimientos del otro. Puede haber
situaciones en las que el propio mensaje expresado, por aquello que significa,
afecte a los sentimientos del interlocutor.
¿Por qué es tan
importante la asertividad empática? Porque ayuda
a que la convivencia con amigos, grupos, compañeros de trabajo, equipo
deportivo y familiares sea más agradable. En definitiva, más amable. No solo
somos receptivos a nuestras propias emociones y sentimientos, sino que también
recibimos información del estado de ánimo de los demás. No solo a través de sus
palabras, sino también mediante el tono de voz y el lenguaje corporal.
Esta es una de las
razones por las que si tienes que hablar de un asunto muy importante con una
persona, es preferible que hables de ese tema en una conversación cara a cara
en lugar de hacerlo a través de WhatsApp. Además, tener asertividad empática
también significa buscar un momento propicio para hablar de un asunto
importante.
Piensa en aquella
situación que te afectó porque una persona te dijo algo en un tono o de un modo
que te pareció poco adecuado por su falta de sensibilidad. Este tipo de
situación puede servirte de ayuda para comprender la diferencia entre una
comunicación empática y aquella que no lo es en absoluto.