Por:
Marc Ambit
¿Motivación efectiva?: La personalización
Échele un vistazo a
esta frase, pronunciada por un hipotético jefe o jefa a su empleado, con la
intención de agradecerle su esfuerzo y motivarlo a través del reconocimiento:
“Si tu parte del
proyecto no se hiciese, el Proyecto no tendría éxito”
Parece motivadora,
¿verdad? Sin duda, lo parece. Pero no lo es, en realidad no es en
absoluto motivadora. Échele, si no, un vistazo a esta alternativa que le
propongo:
“Si no fueses tú,
el/la que hiciera ésta parte del proyecto, no tendría éxito”
¿Nota alguna diferencia
entre las dos frases? ¿Qué era lo importante en la primera?: La tarea en sí. La
persona carece de importancia, no aporta valor a la tarea. Es como felicitar a
un volante por formar parte de la construcción de un coche: sin duda es
importante, imprescindible, sin duda. Pero al pronunciar una frase así
olvidamos el esfuerzo de quién ha llevado a cabo la tarea.
Por contra, la
segunda frase tiene un matiz, ligero pero poderoso. Aquí lo importante
ya no es la tarea, si no la manera en que la persona la lleva a cabo, ese valor
que le aporta al resultado final. Sin su actuación, el resultado de la
tarea no sería el que es, no tendría el valor que tiene gracias a él/ella.
Motivar está lejos
de ser algo fácil, quien diga lo contrario miente (y, probablemente, no motiva
bien). Pero sí es cierto que hay
algunos aspectos fáciles de recordar e implementar que vendrán a marcar la
diferencia con su equipo o en su organización al completo. Orientar nuestra
estrategia de motivación a las personas, a los individuos, y no a las tareas es
clave para fomentar la autoestima y la automotivación.