Por:
Alejandro Martínez
Head
Coach, Liderazgo Supera.
alex@misionfamilia.com
En nuestra sociedad muchas personas
cuentan con las características de liderazgo que podría impulsarlos a
transformar positivamente la vida de miles de personas. Muchos pueden llegar a
ser grandes lideres, lamentablemente no todos quieren y existe un abismo enorme
entre poder y querer.
Cuando un adolescente tiene la
inquietud de formarse como líder, de manera natural surge la pregunta ¿Cómo
lograrlo? ¿Cómo poder asimilar la formación necesaria para poder ser un líder
que inspire a otras personas? Desde un punto de vista antropológico, la persona
tendría que educar primero sus afectos e impulsos más primarios con que ha
nacido, resultado de su temperamento, para dar paso después, al desarrollo y
educación del intelecto.
Una persona puede lograr esto solo si
forma y educa su voluntad. Cabe decir en este punto que el reto que supone para
una persona tener un control total de su afectividad y desarrollo de su propio
intelecto puede significar el reto más grande a vencer en su vida. La voluntad
es el arma más poderosa para transformar la propia existencia del ser humano
pero al mismo tiempo, será el reto más desafiante al que se enfrente toda
persona que quiera ser un líder eficaz y comprometido.
El formarse como líder es un arte que
se desarrolla con el tiempo con mucha perseverancia, paciencia y aprendizaje.
No hay atajos, no hay pastillas milagrosas, no hay camino fácil para formar la
voluntad y para convertirse en una persona inspiradora de miles.