¿Por qué ser un
líder?
Por: Alejandro Martínez
Head Coach, Liderazgo Supera.
La naturaleza del ser humano es trascender. El objetivo final del hombre
es ser feliz. La misión natural en la vida de cualquier persona es transformar
positivamente su entorno en beneficio de la sociedad.
Estos elementos y otros más que involucran el ser persona,
deberían de ser suficiente motivo para que cualquier adolescente tuviera el
deseo primero, y la perseverancia después, de educarse, formarse y
vivir para ser un buen líder.
De acuerdo a la Real
Academia de la Lengua Española, la palabra Líder viene del inglés “leader”
que significa: Persona a la que un grupo sigue, reconociéndose como
orientadora.
Si nos atenemos a
esta definición, podemos afirmar categóricamente que un buen líder, es aquella
persona que por su condición de formación, educación y ejemplo de vida concreto,
tiene la capacidad de inspirar primero, guiar después y enseñar al final, a
cientos o miles de personas. Pero lamentablemente esa definición que técnicamente
debería de considerarse como obvia, en nuestros días ya no lo es.
Hoy, lamentablemente la
sociedad piensa cada vez más que líder es aquella persona que ha conseguido,
sin importar como ni porque medio, mucho dinero. Es también frecuente observar
en adolescentes y adultos que consideran “líder” a aquella persona que es
“famosa” o “popular” simplemente por el hecho de, muchas veces, sin importar la
manera, convoque a gente que con facilidad se deslumbra por el espectáculo fácil,
frívolo o sin ningún tipo de mensaje que promueva alguna mejora en la sociedad.
Para un adolescente,
es importante formarse y educarse como líder porque le va de por medio la
felicidad plena de su vida. Si la persona no se dona a los demás y se encierra
en si misma, lo que encontrara al final de su existir, será la soledad, la
indiferencia y con ello, la frustración mas profunda en su vida.
Las personas tienen
que desarrollar su liderazgo porque “nadie da la que no tiene…”, y en el caso
de los padres y madres de familia que desean hijos exitosos y felices, no verán
cumplidos sus sueños de tener hijos líderes si ellos antes, como primeros
formadores de sus hijos, no son padres de familia líderes. Al final
del día: “Las palabras convencen, pero el ejemplo arrasa”.